El director de Cepsa en Canarias, José Manuel Fernández-Sabugo, asume nuevas responsabilidades en la compañía, incorporando a su actual cargo la gestión de los terminales marítimos ubicados en las refinerías de Gibraltar-San Roque y La Rábida.

Los terminales marítimos de Cepsa se encuentran situados en lugares geoestratégicos a nivel mundial, y juegan un papel clave en el desarrollo de la actividad de las refinerías y de las plantas petroquímicas, ya que cubren la función esencial de abastecer de materia prima a dichas instalaciones. A esto se suma, además, la distribución de los productos obtenidos en sus procesos.

Cepsa está definiendo una renovada y ambiciosa estrategia a largo plazo que presentará en los próximos meses. Este nuevo plan abordará los desafíos de la transición energética e impulsará la transformación y el crecimiento de la compañía. Recientemente, Cepsa ha rediseñado su organización, dirigida por un nuevo equipo directivo que incluye a profesionales de extensa trayectoria en la Compañía.

Fernández-Sabugo, que lleva 32 años ejerciendo su labor profesional en Cepsa ocupando diferentes cargos de responsabilidad en áreas diversas, destaca que el nombramiento como responsable de los tres terminales marítimos de Cepsa en España (incluido el de la Refinería Tenerife) «responde a la reorganización del trabajo desarrollado por la compañía, con la que hace una apuesta por una mayor flexibilidad operativa y de orientación de las operaciones logísticas que se llevan a cabo, con el fin de incrementar la competitividad en un mercado cada vez más exigente».

Estas instalaciones registran un elevado nivel de actividad, con un movimiento de alrededor de 39 millones de toneladas al año de productos que se suministran a un variado número de buques y clientes.

La seguridad de la operativa queda garantizada a través de las medidas y protocolos establecidos al respecto, así como la protección del medio ambiente. En este sentido, en línea con el compromiso adoptado desde sus inicios, la compañía mantiene un nivel muy alto que va mucho más allá del cumplimiento de los estándares de la normativa aplicable en este ámbito.

Los terminales marítimos de las refinerías de Gibraltar-San Roque y La Rábida cuentan con monoboyas, donde descargan barcos de gran tamaño con una capacidad de hasta 320.000 toneladas, así como 14 puntos de atraque de buques de tamaño variado hasta 175.000 toneladas.

En dichas instalaciones se manipula la amplia gama de productos derivados de la industria del refino y de la química, a los que se suman el biodiésel y los aceites vegetales como elementos alternativos, dentro de la apuesta de la compañía por la transición energética.