El Parque Energético San Roque y la Planta Química Puente Mayorga, centros industriales de Cepsa en San Roque, invirtieron en el año anterior 24,6 millones de euros en mejoras en la gestión ambiental, destacando los proyectos relacionados con el ahorro de agua y la economía circular. En total, se han invertido 150,17 millones en actuaciones ambientales desde 2019.
Según se desprende de ambas declaraciones, auditadas por AENOR, el Parque Energético San Roque y la Planta Química Puente Mayorga lograron la certificación única del sistema de gestión ambiental conforme a la norma ISO 14001, así como la validación de Declaración Ambiental EMAS, con el fin de facilitar al público y a otras partes interesadas información respecto al comportamiento medioambiental del centro industrial y la mejora permanente en materia de protección del medio ambiente. Además, también se ha verificado la memoria ambiental de la terminal marítima de Cepsa para dar cumplimiento a la Guía de Buenas Prácticas Ambientales de Puertos del Estado.
La inversión en mejoras medioambientales en el Parque Energético San Roque ha sido de 11,18 millones de euros, dirigidos, entre otras cosas, a proyectos relacionados con la eficiencia energética y el ahorro y consumo responsable de agua, mientras que la Planta Química Puente Mayorga ha destinado 13,4 millones, principalmente enmarcados en el proyecto de la nueva unidad para fabricar LAB, materia prima de los detergentes, con tecnología Detal, mejorando la gestión de los residuos, reduciendo las emisiones e incrementando la eficiencia energética y la seguridad.
Los retos, más allá del cumplimiento establecido, se han alcanzado en un 87% en el Parque Energético San Roque y en un 99,5% en la Planta Química Puente Mayorga, destacando los que tienen que ver con la mejora en la gestión del agua, un recurso preciado y escaso, y la economía circular. Estos resultados han sido evaluados como muy positivos por parte de las direcciones de ambas instalaciones.
Adicionalmente las declaraciones medioambientales contienen información sobre otros muchos aspectos, a disposición siempre del ciudadano y de las instituciones y organizaciones, que van desde el control de ruidos a la inspección de los suelos, pasando por la gestión de las emisiones al aire o las acciones formativas y de sensibilización de personal propio y de empresas auxiliares.
Para Jesús Mota y Amando Herrero, responsables de Protección Ambiental del Parque Energético San Roque y la Planta Química Puente Mayorga, respectivamente, «esta declaración ambiental es el resultado de un trabajo exhaustivo de muchos años, de la mejora continua, de cultura ambiental y es la evidencia de que la compañía energética está en el mejor punto de partida para afrontar los ambiciosos retos de descarbonización y sostenibilidad que nos hemos propuesto en nuestra estrategia 2030, Positive Motion». Además, para Cepsa es muy importante «el hacer públicas estas declaraciones auditadas y dar difusión a nuestros resultados de gestión ambiental, son evidencias de la transparencia y el compromiso con los ciudadanos, que pueden comprobar, año a año, los avances y la mejora continua para estar entre las empresas líderes del sector energético».
El Parque Energético San Roque mantiene sus emisiones de SO2 en los valores más bajos de la serie histórica, con una reducción del 16% el año pasado frente a los datos de 2020. En general, las emisiones atmosféricas fueron muy inferiores a los límites establecidos legalmente en las Autorizaciones Ambientales Integradas en ambos centros industriales.
En la planta de tratamiento de aguas del Parque Energético San Roque se tratan también los efluentes hídricos de la Planta Química Puente Mayorga. Las declaraciones medioambientales indican que el volumen de efluentes en el punto principal de vertido fue un 21,9% inferior al autorizado y se cumplieron en todo momento los valores medios mensuales autorizados.
Además, Cepsa trabaja en San Roque para ser más eficiente en el consumo de energía, lo que contribuye significativamente a la reducción del impacto ambiental de los procesos, ya que una disminución de los consumos energéticos implica automáticamente una menor emisión tanto de gases de efecto invernadero como de otros gases que impactan en la calidad del aire. Cepsa en San Roque se encuentra certificada bajo la norma ISO 50001, cuyo objetivo es fomentar la eficiencia energética, disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero e incrementar el aprovechamiento de las energías excedentarias.
Cepsa, a través de su Fundación, creada en 2016, se caracteriza por su proactividad en la defensa y mejora de la biodiversidad en los entornos de sus centros de producción. Buen ejemplo de esta línea de actuación es la recuperación y puesta en valor de la Estación Ambiental Madrevieja en San Roque. Con este programa Fundación Cepsa pone a disposición de la población un espacio y unas actividades que dan a conocer el entorno natural de la zona. También se está colaborando con la recuperación de Arroyo Negro en La Línea.
Cabe recordar que la compañía ha establecido una ambiciosa hoja de ruta para recortar sus emisiones, situándose entre las compañías referentes de su sector. En concreto, en 2030, reducirá sus emisiones de CO2 (alcance 1 y 2) en un 55% respecto a 2019 y aspira a ser neutra en carbono antes de 2050. En cuanto al alcance 3, la intensidad de carbono de sus productos se reducirá entre un 15 y un 20% en 2030. Cepsa quiere ir más allá del cero neto y llegar al positivo neto, permitiendo a los clientes y a la sociedad avanzar en la dirección correcta.